Son los ecos de tu voz
que me despiertan
en letargo avanzar de la noche
y la luna sonríe entre tinieblas
sacudiendo su melena plata-cobre.
Son los ecos de mi voz
que te buscan
en el infinito universo de la noche
y la luna sonríe entre tinieblas
sacudiendo su melena plata-cobre.
Nuestros ecos abrazados en el tiempo
se mecen en cuna de estrellas,
se besan palpitantes, locamente
y la luna sonríe entre tinieblas
sacudiendo su melena plata-cobre.
Plata-cobre son nuestros ecos,
que a la luna le dan color
a su melena
y entre suspiros complices
se mecen en cuna de estrellas.
Leonor Rodríguez Rguez.
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