LA ANTORCHA
Quedaste sin fuerza ,
seco, sin nada,
fue la antorcha de mis besos
que encendió la mecha
quemando la sin razón
de tu cuerpo en mi barca.
No me hablas directamente ,
se lo dices a mi hermana
¡ ella qué sabe! de mis cosas
en la cama.
La antorcha ha vuelto a renacer
en tu mente calenturienta,
de complacer mis deseos
sin que se apague tu llama.
Ven a mi preparado
que, entre vapores y aceites,
ungiremos nuestros cuerpos
para luego ser mecidos
en cuna de terciopelo.
Leonor Rodríguez Rodríguez
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