LAS YEMAS
Tamborilean los dedos
de unas manos sosegadas,
que, en la penumbra en cuentran
el óvalo de mi cara.
Sus ojos dos estrellas
que se asoman sin ver nada,
son las yemas de sus dedos
las que por sus ojos hablan.
Sensible piel de esas yemas
de terciopelo, seda y gasa,
se pasean por el jardín
de esta alma enamorada.
Cada encuentro es sorpresa,
su rostro queda extasiado,
concentrando su sentir
en las yemas que le claman.....
Las yemas trémulas, incandescentes,
se pasean por zonas tórridas
de mi barca solazada.
Es juego de pasiones
donde dos almas se estremecen
en amor incontenido,
entre el fulgor y la noche
Leonor Rodríguez Rodriguez
Tamborilean los dedos
de unas manos sosegadas,
que, en la penumbra en cuentran
el óvalo de mi cara.
Sus ojos dos estrellas
que se asoman sin ver nada,
son las yemas de sus dedos
las que por sus ojos hablan.
Sensible piel de esas yemas
de terciopelo, seda y gasa,
se pasean por el jardín
de esta alma enamorada.
Cada encuentro es sorpresa,
su rostro queda extasiado,
concentrando su sentir
en las yemas que le claman.....
Las yemas trémulas, incandescentes,
se pasean por zonas tórridas
de mi barca solazada.
Es juego de pasiones
donde dos almas se estremecen
en amor incontenido,
entre el fulgor y la noche
Leonor Rodríguez Rodriguez
6 comentarios:
Leo:
Las manos que hacen las veces de ojos, muy bien captado.
Un beso
Maria
leito querida,mi abu bloguera!!
que sabiduria expresaran tus manos!!!
te kiero y recibe mi beso sincero, nunca pienses que me olvido de vos.
Hola Leo, me gustó mucho tu blog y tus versos. Te invito a publicar alguno de tus poemas en mi Antología Literaria.
Cariños
Gracias María por tu apreciación.
Abrazos
Leonor
Gracias Elina, mi nieta bloguera, siempre has sido muy bondadosa.
Te quiero, besitos y abrazos.
Leonor
Gracias Vilma, estoy atenta a ello.
Abrazos
Leonor
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