Arbolito arbolito que en el huerto te plantó mi padre. Eras tan chiquitito, solamente una ramita desnuda a la que yo cuidaba con dulzura. ¡ Que se lo lleva el viento! ¡Papá!, no hija no, que está bien amarrado.
Fuiste creciendo conmigo, a pasos agigantados, yo me quedé chiquita y tú te hiciste un gran árbol.
El árbol de mi niñez no era solamente un árbol, era una higuera resplandeciente, bien formada y cariñosa, sus brazos me protegían de los rayos del sol naciente y sus frutos....alimento de los dioses más exigentes.
2 comentarios:
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Leito,
Qué hermosa forma de contar las añoranzas.
Besos,
Ana Lucía
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Gracias Ana Lucía. La ramita de mi higuera tiene una historia aún más larga y me trae recuerdos de mi familia: padre, madre y mis dos hermanos que ya no están aquí. Yo fuí la mayor.
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