LA PARTIDA

LA PARTIDA


Me acompaña el dolor
en triste partida
jugando todo a una
en apuesta sin razón.


La gente me anima
seguir con la jugada
frente al ramplón adversario
que me ofrece su amor.


Coraje arraigado en mi pecho,
bordado escudo protector,
frente al agobiador dardo
impide entrar en mi corazón


Sé, que la pebeta marchosa,
loca mariposa de flor en flor,
hará sufrir en sus carnes
mismas penas que sufro yo.


Espero y me aliento
en augurios pensamientos
seguir de aquel tiempo
lo aparcado, sin rencor.


Siempre haciéndole frente
a los cuervos pretensiosos,
sus graznidos me intimidan
menosprecian mi lealtad.


¡ Mi AMOR es mi destino !
me congratulo y repito
a la chusma envilecida
en pretender mi favor.


Nuevos cantos ensoñados
a mi nido han llegado
de paloma mensajera
devolviéndome la paz.


Repican las campanas en maitines,
rezos de perdón, ecos divinos,
susurros, trinos en su voz,
lucero de la mañana
en nuestro nido de amor.


Amargado, triste, exasperado
de un amor relámpago
que nuestra vida ensombreció;


luces de bohemia te cegaron
infringiendo desgarro en nuestro amor.


Dejemoslo estar, no pensemos más,
volvamos a la vida, amor:


Gira, gira, danza de tango
canción de amor sensual,
uno en otro en cada paso
rimo ardoroso, embrujo total.


Leonor Rodríguez Rguez.