domingo, 28 de diciembre de 2008

Vivencias


Despues de unos cuantos días de no poder salir de casa debido a las inclemencias del tiempo, hoy he ido a Salinas, que queda a unos 4 km. de mi casa; he ido en autobús. Salinas es un pueblo de Castrillón, Asturias y yo vivo en Avilés. Voy muy a menudo, sobre todo en verano a su playa.


Estaba precioso, me refiero al mar. Ya sabis que el mar Cantábrico es muy fuerte, muy movido y muy rugiente, a veces da miedo bañarse en este mar de Salinas (tan bravo) de hecho no en toda la playa es zona de baño por su peligrosidad; pues como iba diciendo estaba precioso el mar y la playa. Estaba en bajamar y a lo lejos se veían las olas muy altas pero, al llegar a la arena ( que estaba muy mojada) se desplazaban con mucha suavidad dejando grandes superficies, al retirarse, de area muy mojada que brillaba cual espejo. Las olas de este mar vienen de frente y de los lados,entrecruzándose cual si estubieran bailando. Había zonas de arena encharcadas donde les daba el sol y su color era de un verde claro juntándose con otras de color gris brillante y azul claro, una hermosura. A lo lejos en el horizonte y entre niebla se divisaba un gran barco carguero que, más bien parecía un barco fantasma, se veía como una sombra. También se veían varios barcos pesqueros y otros de recreo. Un panorama para pintar en un lienzo.

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